En aquella época se desconocía un remedio o cura eficaz, de modo que la cantidad de víctimas era incontrolable y millones de jóvenes sanos morían repentinamente en la flor de la vida. La pandemia comenzó su azote en marzo de 1918, y los que vivieron en aquel tiempo pocos salieron indemnes; y todos estuvieron aterrorizados que los investigadores dijeron que se originó en el estado de Kansas (Estados Unidos) desde donde al parecer se extendió a Francia, y las autoridades ordenaron que toda la población llevara mascarillas. ¿Pudo hacer algo la ciencia médica? Los profesionales médicos fueron parte del mayor fracaso de la medicina del siglo XX, si se mide su función en el número total de muertos, lo que se calificó como la desgracia de todos los tiempos. Hoy sabemos que el causante de la gripe, también llamada influenza, es un virus que se transmite de una persona a otra a través de secreciones respiratorias expulsadas al toser, estornudar y hablar. Y aunque la medicina ha realizado grandes avances desde la primera guerra mundial, la comunidad médica no conocía ninguna cura definitiva contra un virus potente que mataba a los jóvenes de neumonía. Por otro lado, en esa época los virus de la gripe o influenza también afectaban a los animales, lo que se suponía una amenaza para los seres humanos; y se conoce que el cerdo puede alojar a variedades del virus que también ataca a los pollos y patos, como a otras enfermedades que afectan al hombre. Como hay quienes opinan que las comunidades rurales pueden ser un foco de nuevas cepas de gripe, donde conviven aves, cerdos y personas muy cerca unas de otras. No hay que olvidar que a esta pandemia de gripe española le dieron esa categoría porque nunca antes hubo una gripe igual. Así como la aparición del SIDA que ha matado a más de veinte millones de personas, con la gripe española desaparecieron del escenario de la vida millones, en poco más de un año. Ahora, en el 2009, se repite lo ocurrido en 1918 con el nombre de gripe AH1N1, una nueva variante para la cual ya estamos preparados para combatir esta desgracia humana.