En el instituto se habrían equivocado al darle una inyección de 30 mililitros de una sustancia desconocida, lo que le provocó una inmediata "erección total del pene" que cedió al cabo de doce horas, dice el fallo del juez de Mendoza que ha llevado el caso, Luis Plana Alsinet. Luego le habrían aplicado una inyección de otros 20 mililitros de esa sustancia, lo que le provocó priapismo, es decir, una erección sostenida y dolorosa del pene de más de cuatro horas de duración. Además, los médicos le administraron aspirinas y hielo y le hicieron hacer ejercicios físicos para revertir el doloroso priapismo, pero sin resultado, por lo que el paciente fue llevado a una clínica de Buenos Aires donde le sometieron a una operación de punzamiento, sangrado y limpieza de sus genitales. Sin embargo, la operación no se pudo retrotraer los efectos nocivos. Además, según indicó el juez el paciente también sufrió daños emocionales, psicológicos, morales y materiales, todo lo cual repercutió directamente en su relación familiar, en especial con su esposa y dos hijas. El hombre murió de un infarto posiblemente por toda la problemática por la que atravesaba, apuntó el magistrado.