Los acentos suscitan con frecuencia dudas, y el autor Gómez Torrego procura resolverlas todas en su Ortografía práctica del español, en la que se recuerda que el adverbio "solo" ya no se acentúa, salvo cuando se produzcan ambigüedades: "Pedro resolvió solo (sin ayuda de nadie) un problema" o "Pedro resolvió sólo (solamente) un problema". Los pronombres demostrativos tampoco llevan tilde, aunque es obligatoria si hay ambigüedad.