Actualizado hace: 931 días 23 horas 32 minutos
Antonio Ríos Solórzano
¿Por qué? ……… ( I )

¿Por qué los portovejenses han irrespetado a la ciudad y, más aún, aquellos ciudadanos que han ocupado funciones en instituciones importantes, donde han podido ayudar a que Portoviejo mantenga y adquiera esa jerarquía de capital de una de las provincias de mayor importancia en el país?

Jueves 21 Mayo 2009 | 22:12

Desempolvemos la memoria. Desde hace algunas décadas atrás hemos visto cómo otras capitales de provincia, con todo su derecho han ido mejorando su ornato con bellos edificios públicos donde han funcionado instituciones estatales; por ejemplo, imponentes y funcionales edificios para la Contraloría, la Intendencia de Bancos, el Registro Civil, el BNF, el SRI, el Ministerio de Obras Públicas, el Banco Central, la Corte de Justicia, etc. etc. Si alguna vez tuvimos la oportunidad de visitar a ciudades como Ambato, Riobamba, Loja, Machala, Cuenca, etc. pudimos constatar eso. Pero aquí en Portoviejo hemos podido ser testigos cómo mezquinos intereses particulares han privado a la capital de Manabí de poder contar con esa infraestructura; y, a cambio, tenemos remendados edificios antifuncionales que fueron adquiridos ya construidos y en los cuales han gastado mucho más en las remodelaciones que si hubieran construido un edificio nuevo, funcional, planificado de acuerdo a las necesidades de la provincia. Ahí tenemos varios ejemplos tangibles a la vista: un edificio de la Contraloría antifuncional, el del Registro Civil, Intendencia de Bancos, SRI, en el caso del Banco Central, esta institución construyó importantes edificios en Manta, Jipijapa y Bahía, pero nunca en Portoviejo, la capital. En otro caso, para contar con un edificio donde funcione la Corte de Justicia tuvimos que esperar casi 25 años para tener el actual edificio, para lo que se tuvo que demoler lo medio construido y que durante tanto tiempo fue testigo del abandono. En el caso del edificio de la Intendencia de Bancos, los arquitectos que remodelaron el edificio adquirido debieron hacer piruetas para disimular lo antifuncional y corregir fallas en la estructura. Y así, cada uno de los otros edificios tiene su historia. Pero lo doloroso de todo esto, para nosotros los portovejenses, es que jamás ningún Alcalde reclamó por este atropello y más bien autorizaron a que se lo consuma; igual sucedió con los gremios y cámaras que con su silencio han sido cómplices del antes mencionado atropello. A todo lo dicho anteriormente, debemos sumarle la decadencia que tuvieron otras instituciones como la Universidad Técnica de Manabí en el período donde fue cuartel general de delincuentes, historia ya olvidada por muchos pero que marcó un deterioro en los valores de los portovejenses y que degradó a la principal institución de educación superior de la provincia. Otra institución que perdió su protagonismo como fuente de cultura fue el centenario Colegio Nacional Olmedo, los festivales de la tradicional Flor de Septiembre dejaron de tener la jerarquía que los había caracterizado por su renombre a nivel nacional e internacional. La Casa de la Cultura no se queda atrás en esto, dejó de cumplir su rol y cayó en un letargo indolente. Ese Portoviejo donde los adultos y jóvenes estaban hábidos de cultura y donde se debatían las nuevas corrientes culturales, políticas e ideológicas fue quedando atrás; y ante la falta de liderazgo el portovejense ha ido perdiendo su autoestima, viviendo en un preocupante conformismo en una ciudad maltratada, degradada sin la mas mínima capacidad de reacción para reclamar sus legítimos derechos.
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