Decenas de familia que en los balnearios Crucita y Los Arenales, viven del negocio de la captura y eviscerado de la pinchagua o saridna están preocupados por la inusitada baja demanda que tiene este producto. Varios comerciantes señalaron que en las plantas procesadoras ya no le reciben el producto con la intensidad de antes argumentando que han bajado las exportaciones por la crisis económica mundial.