“El cambio es siempre poderoso, ten siempre el anzuelo en el agua, en el remanso donde menos lo esperes, hallarás un pez”.
Aquel pensamiento de Óvido adquiere sentido en los momentos actuales, por la diversidad, complejidad y la rapidez dialéctica con que se mueve el país y el mundo. El cambio que hace referencia el filosofo lo involucramos con los hechos que están suscitándose, principalmente en el ámbito político, educativo y económico; así mismo, lo relacionamos con el conocimiento que permanentemente se está reordenando y actualizando; el remanso ya lo tenemos presente y son los nuevos escenarios y oportunidades que vienen con la misma dialéctica, los peces que mueven permanente y fuertemente nuestra caña de pescar son todos los desafíos de la ciencias, la tecnología, las industrias, el gobierno central y la misma comunidad de aprendizaje que exige de nosotros cada vez más eficiencia y eficacia.
La globalización, el calentamiento global que ha alterado la naturaleza del planeta, la reciente epidemia de la influenza AH1N1 que se extiende aceleradamente por los diferentes países cobrado víctimas y amenazando con convertirse en una pandemia, nos indican que los cambios ya están con nosotros; a ello se adicionan las transformaciones políticas que experimentan algunos países industrializados. En el ámbito local, la reciente elaboración y ejecútese de la Constitución, la cual demanda cambios profundos en todos los sistemas; así mismo, la declaración histórica del presidente de radicalizar el socialismo del siglo XXI priorizando el área social, en la que consta salud y educación, esta última inmersa en un plan decenal con ochos políticos plenamente definidas y en curso.
Sin lugar a dudas que en el país se vienen inexorablemente más cambios con efectos rápidos y transformadores; por ello no podemos quedarnos estancados o perdidos en el tiempo y el espacio. Es necesario reaccionar positivamente para sobrevivir dignamente, aquello implica ser doblemente investigativo, tres veces creativo y cuatro veces productivos para dar un salto cualitativo largo y movernos al ritmo de las sociedades avanzadas, a la velocidad de la ciencia y tecnología, con la productividad de las industrias y las pericias de los emprendedores. Por tal razón hay que enfrentarlos y liderarlos eficientemente, sintonizándonos con los diferentes actores y fenómenos para actualizarnos y apropiarnos de las herramientas necesarias que nos conduzcan a mejorar nuestros conocimientos y desempeño, así como también a crear procesos de desarrollo, transformar críticamente la realidad y proyectarnos hacia el porvenir, creativa y fructíferamente elevando la calidad de la educación y mejorando la económica local y mundial.
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