Así lo testifican Victoriano Ávila y Agustín Martínez, maestro constructor y carpintero naval, respectivamente, quienes durante toda su vida se han dedicado a construir barcos. Ávila señaló que en la actualidad de 7 embarcaciones de más de 6 metros de eslora que se comenzó a construir a mediados del 2008, sólo 2 siguen en proceso de construcción y en los otros 5 están paralizadas las labores navales. Martínez confirmó la versión de Ávila y señaló que los armadores no tienen dinero para culminar la elaboración de las embarcaciones. “Cuando hay pesca es que los armadores invierten sus ganancias en la construcción de los barcos y como ahora hay crisis, no hay trabajo”, aseveró Alberto Santana, carpintero naval que descansaba en una hamaca ubicada en la parte inferior de un barco en espera de que alguien lo contrate para darle mantenimiento a las embarcaciones. En los alrededores del astillero ya no se observa el movimiento laboral de los carpinteros. Lo que sí hay son guardianes, contratados por los armadores, para que eviten el robo de la madera y de otros materiales. Ávila señaló que antes llegaban a laborar más de 140 personas en la construcción de los barcos. “En la actualidad sólo hay unos 20, porque muchos maestros constructores optaron por reducir el personal debido a la falta de trabajo”, dijo. Un maestro constructor gana cerca de 30 dólares diarios en esta labor y un carpintero naval USD 20. El armador pesquero Pedro Mero tenía planificado darle mantenimiento, en marzo pasado, a su embarcación, sin embargo no lo hizo porque se redujeron sus ingresos económicos en la pesca artesanal. “En la actualidad no hay más de 300 mil dólares para construir un barco”, dijo muy apenado Mero. Para la elaboración de un barco hay fuente de trabajo a más de 20 personas, durante 6 meses.