Los habitantes de esta ciudad han asimilado las molestias con la resignación del caso, puesto que la obra en construcción representa un progreso indiscutible que beneficiará a decenas de miles de personas, muchas de las cuales recibirán por primera vez agua potable por tubería en su hogares. El servicio permanente del líquido vital, en cantidad adecuada y a cualquier hora, justifica los inconvenientes y supera uno de los factores de retraso en el progreso de Portoviejo, inclusive en el turístico, pues el agua es imprescindible para el desarrollo. Sin embargo, la presencia de huecos, baches y zanjas mal rellenadas en las calles actúa en contrario, exacerbando la paciencia de cualquier ciudadano, hasta de quienes debemos religiosamente circular sobre ellas por así demandarlo nuestras ocupaciones diarias. La costumbre debería pesar en estos casos, pero el deterioro de las arterias de circulación no logra pasar por desapercibido; podemos decir que cada día se hace más notorio, por lo que a la nueva administración municipal le corresponde asumir el compromiso de superar este inconveniente que deprime e incomoda. Se espera, entonces, que la nueva corporación impondrá su firma de eficiencia y ejecutividad en la consecución de los recursos que le permitan efectuar la pavimentación integral de Portoviejo, inevitable porque prácticamente no hay calle o avenida que no presente daños en su estructura, desmejorando sensiblemente la imagen de la capital y debilitando la autoestima de los portovejenses.