Es un gran atropello a nuestra dignidad, capacidad, decencia, vergüenza, decoro, lo que está sucediendo a nuestra libérrima y soberana ciudad; a vista y paciencia de todos los portovejenses cómo se la está desmembrando, cercenando de sus núcleos políticos - administrativos, sus dependencias que por herencia inmaculada nos pertenecen desde hace más de un siglo.