El domingo electoral disfruté sobremanera y me enriquecí cumpliendo un deber cívico al integrar la Junta Receptora del Voto No. 61 de Manta; además, pude escrutadoramente observar rostros, conductas y escuchar a la gente; esto me ayuda a afianzar ideas o a corregirlas cuando amerita. Para comenzar, me llamó la atención que a pesar de mi puntualidad el resto de integrantes ya me habían precedido; eran 6 muy jóvenes ciudadanos que bien hubiesen sido mis nietos; así que, con respeto mutuo, después de un par de mis sugerencias, creo que fuimos de las primeras mesas listas para receptar la voluntad popular. Tan bien nos organizamos que en ningún momento ninguno de los votantes de los 250 empadronados, hicieron cola para ejercer su trabajoso sufragio en las 3 “sábanas”, de los 6 formularios entregados a cada uno.