La dislalia puede derivar del síndrome de déficit atencional o hiperactividad, lo que se puede identificar claramente si a los síntomas del trastorno del habla en el niño se une una desobediencia continua, desmotivación a aprender a leer o escribir, si molesta y distrae en la clase, no mide las consecuencias de sus actos o se muestra agresivo