En Manabí nuevamente se siente el temor que ejercen los desalmados que intentan apoderarse de las ciudades y campos, esparciendo el miedo a través de una gana de crímenes con violencia extrema y causando dolor en los hogares que pierden a sus seres queridos o sus pertenencias por acción de los antisociales. Pareciera que la delincuencia está superando a la acción de la fuerza pública, cuyos esfuerzos por contrarrestarla tropieza con graves problemas como la falta de vehículos, de armamento, de personal, que aun no pueden ser superados por el gobierno. Y es ante esta situación compleja y desesperante que el jefe de la policía en Manta ha expresado su opinión en el sentido de que el Estado debería suspender los permisos que el departamento correspondiente de las Fueras Armadas ha entregado a los ciudadanos, pues estima que Manabí es una de las provincias con mayor uso de armas. Creemos que la solicitud del jefe policial no está en concordancia con la realidad, pues resulta ilógico que quien posea un arma legalmente registrada se preste para usarla en delitos, yéndose su pedido contra el derecho a la autoprotección, especialmente cuando la inseguridad crece desproporcionadamente. La concesión de los permisos lo hace las Fuerzas Armadas luego de las pruebas correspondientes a los interesados, lo que no sucede con las armas que utilizan los delincuentes, a quienes precisamente es que hay que seguir y desarmar, pues ellos no solo no piden permiso para tenerlas sino que las portan para delinquir, para asesinar. " Pedido de rever los permisos para portar armas es apresurado"