Querían quemarlo a él y a la lancha, pero policías e integrantes de la marina dialogaron con ellos y les comunicaron que donde lo hacían, la situación iba a empeorar. A pesar del dialogo, los pescadores que se amontonaron en Los Arenales, indicaron que no lo entregarían a las autoridades policiales ni a las marinas, hasta que no les entregaran las herramientas de trabajo que les habían robado la noche anterior. Es que entre la noche del jueves y madrugada del viernes, cuatro piratas interceptaron cuatro lanchas de pesca a las cuales les quitaron sus motores, cada uno valorado entre 6 y 8 mil dólares, y otros implementos. Cansados de los robos y las agresiones por piratas, los pescadores comenzaron a buscar ayer a los piratas, logrando identificar a uno de ellos cerca de las playas de Bahía de Caráquez. Lo capturaron y lo llevaron a Crucita, donde un grupo de afectados lo cogió y lo escondió. Para soltarlo pusieron la condición de que entregaran los motores, caso contrario, amenazaron con matarlo. Hasta el cierre de esta edición no se tenían resultados de la medida que adoptaron los piratas. Emilio Calderón, pescador, aseguró que si se toman estas medidas es porque no confían en las autoridades y además dijo que la marina no realiza operativos.