Administrar justicia en nuestro País se ha convertido en una utopía, sobre todo desde el inicio de la nueva era democrática a partir del año 1979. Claro está que ha crecido la corrupción desde esa época, habiendo caído la Administración de Justicia y esta patria nuestra en las garras de un león que, junto a sus secuaces, manejaron el destino del país dejándola destrozada social, política y económicamente.