¿Quiénes son las víctimas de este suculento negocio? Primero los médicos y profesionales que laboran en hospitales y clínicas públicas y privadas, porque en el segundo caso los honorarios de los médicos son “miserables” en todo el sentido de la palabra. Me comentaban dos distinguidos colegas y amigos médicos especialistas en cirugía plástica, que muchas veces se pasan más de ocho horas en el quirófano reconstruyendo la cara de los pacientes accidentados y reciben como pago USD 80 dólares. Honorarios irrisorios para la responsabilidad del “acto médico”, que no se compadecen con la preparación, sacrificio y esfuerzo realizado por los profesionales. ¿Por qué estos honorarios tan bajos? Porque las 16 empresas aseguradoras quieren comerse todo el pastel, seguramente los latisueldos de los gerentes les permitirán vivir como “jeques árabes”. Es imprescindible que el gobierno central tome cartas en el asunto; el congresillo haga lo mismo, éste o el futuro, y se ponga punto final a la explotación inmisericorde de los médicos, alzando las tarifas en un 300% de las actuales o más de acuerdo a la realidad económica del país. En América Latina una consulta médica cuesta USD 100 dólares o su equivalente, excepto en Cuba en donde todos son explotados y un médico gana entre 15 a 30 USD por mes. Siempre se hace “obra social” en base al trabajo honesto y sacrificado de los médicos y por lo general los menos indicados se llevan los aplausos; así la mayoría de fundaciones, clubes y unidades operativas pagan a los médicos entre USD 1,75 por consulta a un máximo de USD 7,50. Por eso hay cientos de miles de médicos que perecen de necesidades, no pueden educar a sus hijos y peor actualizarse, porque los libros y revistas científicas cuestan una fortuna. Es hora de que los médicos hagamos una “revolución” del siglo XXI.