Los afectados aducen que tienen que cancelar 12 dólares por cada kilo que registre su encomienda, lo que les resulta muy injusto, ya que señalan que lo que se encuentra en el interior de estos paquetes apuntan a ropa o artículos usados.
Según una fuente, las personas que utilizan el servicio señalaron que cuando sus familiares hacen el envío desde los países donde estos se encuentren ya pagan una tasa y les resulta injusto que acá también se deba cobrar.
Las autoridades de Correos deslindan responsabilidad y sostienen que es una resolución de la Corporación Aduanera Ecuatoriana que rige desde enero.