Ecuador ha decretado un estado de excepción como medida de prevención al ingreso o propagación de la temida gripe porcina, cuyos efectos mortales ha puesto en alerta máxima a México, país donde hiciera su aparición supuestamente en un niño quien, a pesar de haber sido el diseminador del contagio que tiene alarmadas a las instituciones mundiales de salud, actualmente ya se encuentra en buen estado. Para muchos esta enfermedad no es nueva, opinándose que el peligro estriba en la mutación que ha sufrido, al igual que se manifiesta que es la asociación de varios virus la que la hace peligrosa, y hay hasta quien opina que esta enfermedad sí es nueva y por ello debería llamársela “gripe nueva”. Cualquiera que sea el motivo de su aparición, lo cierto es que es mortal, siendo importante que la ciudadanía tome conciencia de los riesgos que implica su contagio, para que cumpla con su obligación de seguir estrictamente todas las recomendaciones que los organismos de salud el país indiquen, puesto que de la obediencia a las mismas depende la seguridad sanitaria de todos. No se sabe de casos de gripe porcina en nuestro país, pero hay que estar preparados, por lo que satisface las medidas que se están imponiendo, por ejemplo en los centros de estudios, en los que los principales recomiendan la utilización de mascarilla a quienes sufran problemas gripales. Y vale la oportunidad para meditar sobre las protecciones, puesto que este debería ser un patrón a emplear contra todas las amenazas, como por ejemplo la que mantiene el SIDA, que continúa matando silenciosamente; y en este caso las preocupaciones no son de tanta resonancia como las actuales.