No puede el CNE delegación Manabí tomarse más del tiempo necesario para comenzar a generar resultados (aunque sean parciales) y entregarlos a los candidatos y representantes, pues solo así irán probando que la transparencia y agilidad anunciadas tanto en las juntas intermedias como en la central de computo de la delegación son una constante y también una realidad. Y esto conviene que lo hagan pues no hay que olvidar que hay cantones en donde es tan “apretada” la diferencia entre uno y otro candidato, (para alcalde, concejales y asambleístas) que sólo lo “oficial” de las cifras puede amortiguar la intención “incendiaria” que ya se ha puesto de manifiesto en algunas localidades. Incluso deben “acelerarse” en resultados, porque muchos aspirantes andan con “exit poll” nacionales y criollos en mano, y con ello buscan seguir por estas horas como “favoritos” aunque en la realidad de la votación las cosas sean totalmente diferentes, lo cual debe ser “cortado por lo sano” por el organismo electoral, pues el dilatar los resultados lo que hace es que acólitos, asesores y “seguidores” de muchos candidatos comiencen a visitar medios de comunicación y comunidades tratando de difundir o hacer realidad “su verdad” en una especie de confusión o de pesca a “río revuelto” lo que no es bueno para la provincia o para la propia actividad política. Otra de las razones de lo urgente de la oficialización de resultados, es para quitarle (y ojalá sea para siempre) el piso a tanta encuestadora que por creerse la mas “bacán e infalible” son capaces de hacer ganador al menos opcionada en cualquier cantón o provincia y sin caer en cuenta que con ello lo que generan es incertidumbre y confrontación en la población como ya aconteció en Jipijapa y Flavio Alfaro. Lo que sí es fundamental, es que la madurez e inteligencia de todos los candidatos se ponga de manifiesto, y de tal forma que si se gana se tenga el equilibrio suficiente para saber que lo fundamental de ahora en adelante será el escenario de la función a desempeñar y de garantizarle a sus electores el cumplimiento de lo ofrecido, y si se pierde, pues a entender que cada vez mas nuestros pueblos y sus electores van madurando y que si escogieron a otra persona, será por su mejor propuesta o diferente estrategia y eso también merece respeto y aceptación. Pero celeridad también para regular encuestas y encuestadoras que han manejado su propia agenda, es un imperativo que se complementará con la madurez de candidatos y representantes políticos que deben aceptar que estas son sólo herramientas de medición de escenarios y no realidades u oficialidad de resultados.