La llegada, el miércoles, de un buque de bandera panameña, que recaló en el puerto porque su volumen de carga -bobinas de papel- no le permitía hacerlo en otros que no cuentan con la profundidad de Manta -12 metros de calado y 14 metros con marea alta-, es un buen augurio porque a este barco le antecedió otro de 10 metros de calado, de la misma naviera, que trajo tubería, parte de la cual se quedó en Manta y el resto siguió a Guayaquil. No se trata de defender una u otra gestión. Se trata de poner énfasis en las bondades del puerto para que más navieras opten por este destino. Y si el Gobierno es uno de los principales clientes, esa confianza se va a multiplicar en beneficio del puerto, que verá incrementado el volumen de carga y las rentas que generen los ingresos, lo que garantizará la ejecución del proyecto de ampliación del muelle internacional a 16 metros de calado. Con esto el puerto de Manta será, sin duda, el más competitivo de la zona. Para lograrlo se requiere no sólo la gestión de Autoridad Portuaria sino la unión de todos los sectores estratégicos: sectores de la producción, navieras y sus agentes en la provincia; municipios, consejo provincial, universidades. Todos deben tener el mismo objetivo de impulsar el puerto porque hacerlo es trabajar por el desarrollo de la provincia y del país, pues los beneficios indudablemente serán no solamente locales sino que repercutirán a todo el país.